Este blog será a veces mi rincón de las hachas.

3678801895_81f95d691b_nUn rincón de las hachas es aquel lugar en el que uno recoge y esconde por prudencia y precaución, por un sentido profundo de los límites a los que uno se somete, todas las hachas con las que cortar de raiz lo que le estorba en el camino de la vida, sean árboles o sean cabezas, sean puertas de paso o sean lianas que entorpecen el avance.

En la vida real no vamos con el hacha a la espalda, (bueno, algunos llevan un arma de fuego como si tal cosa) y no vamos cortando de raiz lo que nos estorba. ¿Por qué? ¿acaso no lo deseamos? ¿acaso no nos irrita encontrar oposición a nuestros objetivos, nuestras ideas, nuestros deseos? Yo creo que sí, que lo deseamos. Lo que pasa es que estamos hechos de dos posibilidades de desarrollo, exclusivas de los seres conscientes, racionales:

La primera posibilidad es la de dejarnos llevar de nuestras emociones, actuar siguiendo nuestros deseos, nuestros instintos más o menos vitales (que no todo es «sobrevivir», también hay «dominar», «ejercer el mando y el poder», y si no, a la naturaleza animal me remito…), y con ello arrasar todo lo que no nos complace.

La segunda posibilidad es la que nos concede la conciencia. La racionalidad. La educación: dominar nuestra fuerza destructiva y usar la de la convivencia pacífica, la fructífera, la productiva, la civilizada, la educada, la culta…y esa es, aunque no lo parezca muchas veces, la que prevalece en términos generales.

Yo no voy a decir que cambiemos ese patrón de conducta, en favor del uso de nuestro lado más animal, más inconsciente y primitivo. No hay cuidado. Yo quiero que las cosas sigan siendo lo que son. Pero creo que no controlamos del todo bien ese lado de nuestro ser, y precisamente por eso perdemos las opciones de la convivencia y del progreso racional. Y creo que eso sucede porque no tenemos muy bien identificadas todas las posibilidades que encierra nuestro ser irracional, con el riesgo consiguiente de que se hagan fuertes sin nuestro control.

A mi me parece que en la nueva ola educativa de atender a las emociones, cosa estupenda, se está cometiendo un error, que es el de negar o esconder, reprimir o ignorar todas las emociones negativas, antes de haberlas reconocido bien y de haberlas nombrado siquiera, antes de comprenderlas, saber a qué responden y por qué se presentan en nuestras vidas. Al sentirlas de forma negativa para la racionalidad, las obviamos y las ignoramos. Las proscribimos de nuestro proyecto emocional, con la premisa de que nosostros mismos somos los primeros perjudicados al experimentarlas, esas terribles, destructivas, fatales emociones.

En esa premisa se esconde la incapacidad para controlarlas. Eso creo yo, y eso creo que hacemos siempre. No reconocemos al malo que llevamos dentro.Todo lo que la adversidad o la oposición de los demás a nuestros deseos puede suscitar en nosotros.

Ahí está nuestro mal. Si lo conociéramos, si fuéramos conscientes de ello, lo dominaríamos mejor.

Este blog es para mí una visita a ese lado de mi ser, a ese elemento turbio de mi mente, a ese lado oscuro de la fuerza que late dentro de mí, a ese rincón de mis hachas. Desde este blog intentaré conocerme a mí misma dejando ir mis instintos de rabia o frustración ante todo lo que me indigna, me molesta, me irrita…y trataré de controlar esos impulsos sólo después de haberlos reconocido como míos, auténticos, reales, irracionales y poderosos.

Si quieren seguirme, será entrando en sus propios rincones de hachas, no en el mío.

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